Mi consulta, hasta hoy, ha sido siempre presencial, y se ha distinguido por ofrecer un espacio de confianza, privacidad y trato profesional, pero personal, a quien ha acudido a ella. No siempre es enfermedad, y la receta no siempre lleva medicamentos. En un entorno de profundo respeto y empatía, de escucha atenta y revisión minuciosa, he logrado que la paciente se sienta atendida, en todo el sentido de la palabra, en su espacio, en un lugar físico y anímico de confianza mutua. Se ofrecen alternativas de tratamiento, explicaciones a conciencia del porqué y para qué, del diagnóstico o tratamiento, de estudios solicitados, para que la paciente tome una decisión informada, lejos del lenguaje científico inaccesible y dictatorial, y tampoco de actitud paternal.

Yo agradezco la confianza de quien pone su salud, su intimidad física y de corazón en mis manos, su vida en todas las etapas de la misma y la vida de su hijo durante su embarazo. Compromiso enorme que me mantiene siempre actualizada.

También cuento y agradezco el equipo de amigos profesionales de diferentes especialidades, con los mismos valores, con el mismo entusiasmo y con las habilidades y conocimientos para la seguridad y atención integral de la persona.

Siempre a la vanguardia, en el camino de mí hacer profesional, egresada como ginecóloga y obstetra, con subespecialidad en medicina perinatal, me he enriquecido con diplomados en colposcopía, climaterio, endocrinología ginecológica y laparoscopía.

El aprendizaje es continuo. Ahora toca echar mano de la tecnología y aprender de ella y tratar de dar la misma calidad y presencia, en consultas en línea.